jueves, 27 de agosto de 2015

El término feromona proviene de dos raíces griegas: pherein (transportar) y hormán (excitación). La existencia de feromonas se ha conocido por siglos y, aparentemente, a partir de observaciones de picaduras masivas de abejas como respuesta a sustancias químicas liberadas por la picadura de una sola abeja.

El primer aislamiento e identificación de la feromona de un insecto (la polilla del gusano de seda) fue realizado en 1959 por científicos alemanes. Desde entonces, cientos de feromonas de insectos han sido identificadas.

      
Polilla Gitana
  • Las grandes antenas de la polilla le permiten detectar feromonas presentes en el aire en concentraciones de partes por billón.
Cis-(CH3)2-CH-(CH2)4-CH-CH-(CH2)9-CH3
                                     


La comunicación química es común en la naturaleza: plantas y animales emiten sustancias químicas y las envían como mensajes que alteran la fisiología del animal o planta que la recibe. Las feromonas hacen parte de una clase comunicación química propia de los animales para transmitir a otros miembros de su especie señales de territorialidad, de estímulo, de agregación, de alarma y de atracción sexual, entre otras.


  • Feromonas de Alarma: el "olor del miedo". Algunos animales comunican a otros miembros de su especie que existe algún peligro inminente, para lo cual utilizan estas feromonas.  
  •  Feromonas Territoriales: Se usan para marcar territorio, así como lo hacen los perros, los gatos y los grandes felinos, al orinar en el terreno donde viven.
  • Feromonas de Agregación o Congregación: Se utilizan para reunir a otros miembros de la misma especie, así como lo hacen las hormigas cuando encuentran una fuente alimenticia: segregan un compuesto químico (feromona) que puede ser percibido por otros iembros y rápidamente estos llegan a la fuente de alimento (feromona de pista). En las abejas, las feromonas influyen de manera determinante en la armonía social de  la colonia.
  • Feromonas Sexuales: Las emiten algunas especies, por ejemplo, en algunos insectos las segrega la hembra y tiene por objeto hacerle saber al macho que es el momento ideal para el apareamiento.

Durante décadas se ha especulado sobre el papel ejercido por compuestos de este tipo en los seres humanos. Investigaciones al respecto han logrado aislar compuestos compuestos presentes en el sudor de las axilas y los órganos genitales que, al parecer, en determinadas concentraciones, producen estímulos sexuales en los seres humanos, Por ello, algunos científicos consideran que hay suficientes bases para creer en la frase popular que dice: "Tengo química con esa persona".


















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